LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS
O EL CUERPO GLORIOSO GLORIFICADO
San Mateo 17,1-9
Desde nuestra humanidad, si pudiéramos ver un cuerpo
espiritual o el espíritu mismo de un ser del Reino, llamado en la Biblia
ángeles, estaríamos ante la presencia de una belleza incomparable. Irradian un brillo
como del sol, pero no enceguece a quienes se quiere mostrar.
Como los ángeles que estaban sentado sobre la roca que había
sido la puerta de la tumba de Jesús, esa grande roca no se podía mover, si no
era entre varios hombres, sin embargo estaba corrida la puerta que cerraba la
tumba de Jesús, y dos ángeles sentado sobre ella, signo que estos ángeles
movieron la gran roca para que salga Jesús. ( )
A
los apóstoles, Pedro, Jacobo y Juan, Jesús los escogió y los llevó a un lugar
apartado, otorgándoles el don o la gracia, para que puedan verle ya, desde el
mundo humano.
Es decir
hacerles ver, o mostrarles su cuerpo glorificado, que no es otra cosa que su
cuerpo espiritual fuera del cuerpo humano.
Aquellos
apóstoles no solo vieron la belleza de su cuerpo espiritual, la que se describe
en el Evangelio, según S. Mateo 17,1-9.
Relata el escritor, de lo que esos apóstoles habrían
comentado para que se escribiera, que: “Su rostro brillaba
como el sol, y su ropa era como una luz blanca”.
Según la descripción bíblica
relatada, demuestra claramente, que ellos vieron, todo un cuerpo de luz y
blanca.
Y para confirmarle
Jesús a aquellos apóstoles, que Él se encontraba en otro plano de vida, en el
reino del espíritu. Les mostró que estaba hablando con los profetas Elías y
Moisés, que ya pertenecía al “otro mundo” el reino del espíritu.
Aquellos
apóstoles habían llegado a un estado de éxtasis, sensación que Jesús mismo les
irradiaba desde su condición gloriosa de su espíritu.
Experimentaban el gozo del espíritu, “esa
paz de Dios que el hombre no lo puede dar” (S. Juan
14,27; 15,11; 16,22).
Estos
apóstoles sin pensar que aún eran humanos y que estaban en el mundo, ya no
quisieron bajar de ese estado de gozo espiritual, y le propusieron a Jesús
quedarse ahí con Él, Moisés y Elías.
SU ASPECTO FUE CAMBIADO
Los apóstoles
ya no vieron la imagen humana de Jesús, el rostro con barba, cabellos. Porque
la descripción indica claramente: su rostro brillaba como el sol, y su
vestidura resplandecía como una luz blanca.
Ya no era una
visión humana sino espiritual, capacidad que Jesucristo les habrá otorgado para
que le puedan ver con los ojos espirituales.
Jesús mismo
era una luz “luz espiritual, que es la total pureza. Que si los hombres, o
aquellos mismos apóstoles no habrían recibido de Jesús la gracia o el don para
poder percibir, observar desde el mundo semejante brillo de gloria, quedarían
impactados, golpeados. Porque está escrito que lo impuro no puede habitar con
lo que es puro, Dios.
Cuando Moisés,
le pidió a Dios que le muestra su gloria, Dios le respondió: “Ningún
hombre podrá ver mi rostro y seguir viviendo”
(Éxodo 33,20).
Debemos llegar a la purificación total aquí para poder
habitar con Dios en su reino.
Cuando María
Magdalena fue a visitar el cuerpo de Jesús en su tumba, no lo encontró más,
pero él se le apareció, pero no lo reconoció. , creyó que era el que cuidaba la
huerta (S. Juan 20,16).
Entonces Jesús la llamó: María, y entonces le reconoció.
Cuando Jesús acompañaba a dos de sus discípulos camino a
Emaús, iban conversando con Él mucho tiempo por el camino, sin saber quién era.
Cuando entró a la casa y partió el pan y se los dio, recién
en ese momento se les abrió los ojos (del entendimiento) y le reconocieron. (S.
Lucas 24,13-31).
Solamente
cuando Jesús desea hacerse conocer sin que duden, se muestra con el cuerpo humano
(se materializa).
SAN PABLO EXPLICA MUY CLARO EL POR QUÉ EXISTE EL CUERPO ESPIRITUAL ASÍ COMO EL HUMANO, Que és necesario que la vida espiritual como ser se sienta o posea con un cuerpo y cómo identifificarse en relación con los demás seres de vidas espirituales. San Pablo "viajó" al estado espiritual por una gracia de Dios que le otorgó, motivo por el cual llegó a adquirir muchos conocimientos acerca del espíritu. Esa historia amplia de Pablo encontramos en el
CAPÍTULO 7:Anécdotas de la vida de San Pablo, Del Archivo: "EL REINO DE DIOS EN LOS CIELOS COMO EN LA TIERRA" del BLOG jcbordón.blogspot.com
CIUDADANOS DEL CIELO
CAPÍTULO 7:Anécdotas de la vida de San Pablo, Del Archivo: "EL REINO DE DIOS EN LOS CIELOS COMO EN LA TIERRA" del BLOG jcbordón.blogspot.com
CUERPOS HUMANOS Y CUERPOS ESPIRITUALES
PRIMERA CARTA DE S. PABLO
A LOS CORINTIOS,
Capítulo
15 vers. 35 al 58
Los Nº a la izquierda De cada párrafo corresponden a los nº de versículos
copiados y explicados del Capítulo 15
35-Tal vez
algunos preguntarán ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Qué clase de cuerpo van a
tener?
36-Es una
pregunta tonta eso (¡Necio!), porque cuando se siembra una semilla, tiene que
morir para que viva la planta.
37-Se
planta la semilla y de ella brotará la planta.
38- Y Dios da
a cada semilla el cuerpo que le corresponde.
Explicación
En el mundo de la tierra fue sembrado o puesto el hombre (la
humanidad) –(la semilla) y esta semilla por efectos especiales de la
naturaleza, debe morir, y de ella brotar y crecer la planta.
No todas las semillas son iguales, no todos los hombres son
iguales.
Dios da la clase de cuerpo a cada ser humano. Hay hombres
blancos, negros amarillos,
Y de cada país las características de cada persona es
diferente en forma física y en costumbres.
Hay unos más inteligentes que otros, cualidades diferentes,
artes diferentes, etc. etc.
39- Si hablamos de cuerpo, no todos son iguales, el humano
es una clase, el de los animales otra… el de los peces…
40- Así
también hay cuerpos que son del cielo (hay cuerpos celestes) pero la hermosura
de los cuerpos del cielo es diferente a la hermosura de los cuerpos de la
tierra.
41- El brillo
del sol es diferente al brillo de la luna, y diferente al brillo de las
estrellas, y entre las mismas estrellas, el brillo de una es diferente al
brillo de otra.
42- Así mismo
pasa en la resurrección de los muertos, se siembra, (se entierra) un cuerpo que
se pudre y de él resucita algo que ya no muere, resucita algo que es glorioso.
43/44- Se
entierra un cuerpo natural y débil, perdió sus fuerzas. Y resucita un cuerpo
espiritual, (que es fuerte).
49- Así como
nos parecemos (tenemos la apariencia de un hombre terrenal. También nos vamos a
parecer al hombre que es del cielo.
Explicación
Las diferencias del brillo de un cuerpo y de otro que
tengamos en el cielo después de la muerte, corresponderá a la cualidad de una y
de la otra persona.
Pero el nivel de brillo de nuestro espíritu para el cielo,
debemos ganarlo aquí en la tierra (Ver Romanos 2,6 y Mateo 12,29-30).
Puede ocurrir que el más humilde de los hombres de la
tierra, logre alcanzar un cuerpo de mayor brillo espiritual para el cielo, que
el de un gran hombre intelectual.
50- “Quiero decirles hermanos que lo que es de carne y hueso no
puede tener parte en el reino de Dios; pues lo que no dura no puede tener parte
en lo que dura para siempre.
51- No todos
moriremos, pero todos seremos transformados.
52- En un
instante, en un abrir y cerrar de ojos.
53- Es necesario
que este cuerpo destructible se revista de la vida que no se destruye, de lo
que ya no muere con lo que dura para siempre.
Explicación
Nosotros, los seres humanos, no nos
damos cuenta que estamos conformados
Por dos unidades de vida
muy diferentes entre sí, pero por el efecto de la unidad o integración de la
dos unidades de vida, formamos un solo ser. Que llegamos a ser el hombre, (o el
ser humano, hombre y mujer).
San Pablo nos venía explicando que una de las unidades de
vida, el espíritu, integrado con el cuerpo humano con la cual somos “uno”. Esa
vida, el espíritu, es algo muy grandioso y bello, el espíritu es nuestro yo,
que ahora no lo podemos ver.
El espíritu tiene gran poder, es lo mismo que un ángel en
el cielo. Tiene grandiosas virtudes, pero que no podemos expresarnos
individualmente solo desde el espíritu en plenitud. Porque está unificado al
cuerpo humano, y mientras permanezcan unidos, el espíritu está sujeto a las
limitaciones de las características humanas.
Aunque hay personas que se dedican a desarrollar las
cualidades del espíritu desde su condición humana. Un ejemplo es a través de la
meditación transcendental. Y luego utilizar las cualidades del espíritu para
realizar beneficios para el bien propio y de los demás (sanaciones) porque es
el poder de Dios que está actuando a través de nuestro espíritu, que es
espíritu de Dios.
Para la humanidad en general, explica San Pablo, que es
necesario “morir para vivir”. Que salga a flote la vida del espíritu que es
eterno.
Y con el espíritu liberado
del cuerpo se pueda gozar en la vida del Reino espiritual, (en ese plano o
lugar espiritual) que es el origen de la vida.
Pero ese derecho a la vida en el “reino”, debemos ganarnos
aquí (S. Mateo 20,16).
Si no logramos alcanzar o poseer un brillo espiritual
adecuado y necesario para pasar directamente al “Reino” deberemos pasar por
otras etapas muy penosas, hasta ir purificando nuestro espíritu. De todas
maneras nadie sabe con certeza lo que sucede en el trayecto al Reino, después
de la muerte física.
Pero todos alguna vez debemos llegar al Reino.
Dios dijo que no quiere
que “ninguno se pierda”. Y solo Dios sabe como llegarán unos y otros, porque
esa es “nuestra Casa”, nuestra ciudad.
“Porque Dios llegará a ser todo en todas las cosas”
(1Corint. 15,28 (S. Juan 14,20).
De todas maneras habrá “allá” o acá en la tierra, formas
o medios por las que deberemos ser purificados, los que mueren o los que
morimos con impurezas, porque está bien explicado que no podrá habitar lo que
es impuro con lo que es puro, lo corruptible con lo incorruptible. (1Corintios
15,50 y 15,56).
El ser humano solo es consciente de su humanidad. A
medida que el hombre va haciéndose más “uno” con el mundo. Materializándose. Se
va alejando de la noción de que también es un ser espiritual..
Dice Jesús que prefieren estar en la oscuridad, para que
no se descubra que lo que están haciendo es malo. (S. Juan 3,19).
Como decía a sus apóstoles: “Los que son del mundo les
van a odiar, así como yo no soy del mundo y me odian. (S. Juan 15,19 y 17,14 al
16).
Por supuesto esta vida es bella, hermosa, tiene su valor,
su brillo, Pablo no niega en su exposición.
Podemos admirar la hermosura del cuerpo humano, además
está contemplado en los planes divinos, que seamos felices en la tierra, en
comunión con los demás.
Buscando la felicidad haciendo feliz a los demás. Esta
actitud de vida es necesaria para crecer y darle más brillo al cuerpo
espiritual con el cual somos uno.
CIUDADANOS DEL CIELO
Nuestra meta es el cielo “porque somos ciudadanos del
cielo” (Filipenses 3,20-21).
No es que vamos a ser ciudadanos del cielo después de
morir físicamente.
Ya lo somos, porque nuestro origen de vida es el cielo,
de ahí vinimos y allí debemos volver.
Y agrega S. Pablo:
“Sabemos que mientras vivimos todavía en el cuerpo “estamos fuera de casa”, o sea que no estamos con el Señor” (2
Corintios 5,6).
Porque aunque sabemos que ahora Dios está con nosotros, y
más aún con el que cumple su voluntad, y reconoce que Dios vive en él, no es
aún la plenitud.
Señala S. Pablo que,
mientras vivimos en el cuerpo no podemos estar de espíritu a espíritu con el
Señor. Como tampoco podemos apreciar su reino, porque “estamos fuera de nuestra
casa”. Estamos todavía en el cuerpo humano que es una casa temporal, dice
Pablo.
Aunque podamos experimentar el reino de Dios aquí no
deja de ser una visión borrosa. La visión clara y plena la conoceremos en la
resurrección. (1Corintios 13,12).
IMAGEN TERRENAL E IMAGEN CELESTIAL
Versión bíblica
parafraseada:
“Así como ahora tenemos la imagen del hombre terrenal, es
decir la forma humana, y nos sentimos en nuestro cuerpo, que se ajusta a las
necesidades para vivir en el mundo de la tierra. También tendremos una figura o
cuerpo espiritual, que es necesario para identificarnos en el mundo del
espíritu.
Las Escrituras le llaman
también “cuerpos celestes”.
Pero las características que lo diferencian entre unos y
otros, o lo que los hace distinguir, no será por la forma o molde del cuerpo,
sino por su brillo. Unos tendrán mayor brillo que otros, (1Cor. 15, 41).
Así mismo los seres en el cielo que deberán ser solo
espirituales, ya no están ligados entre uno y otro por lo antes haya sido en
cuerpo humano en la tierra.
Ese es otro mundo y otra
familia. La relación de parentesco sanguíneo, de cuando fueron humanos en la
tierra, ya no va a tener participación en el cielo.
Lo comentado sobre este aspecto no es de mi propia
opinión. Esto lo pone bien en claro Jesucristo, y en tiempo presente, dice: “En
la resurrección son como los ángeles” (Mateo 22,30; Marcos 12,25; Lucas
20,34-36).
Allí todos son una sola familia “Y son hijos de Dios, por haber
resucitado”
(Lucas 20,36)
Si estamos creyendo:
a) En el mencionado cielo
o plano espiritual, o dimensión espiritual, es ese el Reino de Dios donde
habitan los seres o entidades espirituales.
b) Que allí existen los
mencionados ángeles de Dios, y los espíritus de los que físicamente en la
tierra ya han muerto.
c) Que nosotros los
presentes aún en la tierra, después de morir físicamente, volveremos, a habitar
ese mundo del espíritu, cada uno con nuestra personalidad que aquí nos
identifica como únicos, con la memoria de nuestra conciencia, es decir el
recuerdo de nuestro hechos buenos y malos en el mundo terrenal, inclusive la
falta de hechos buenos que debimos y pudimos hacer, además estarán en la
memoria “los sentimientos” de las buenas y malas intenciones.
d) Que estos hechos y sentimientos positivos o
negativos, serán los que nos ubicará adecuadamente en el nivel espiritual y el
brillo espiritual que a cada uno nos corresponde, según dicen las Escrituras:
(2Corintios 5,10; Mateo 16,27; Romanos 2,6; Apocalipsis 22,12, etc.).
Si así creemos nos estamos
ajustando en la fe de las promesas divinas declaradas en las Escrituras.
Cabe mencionar aquí el
famoso libro de la vida, que muchos dejan pasar de largo por comprender de que
se trata.
El libro de la vida, no es
otra cosa que los recuerdos guardados en la memoria de la conciencia. En donde
también está presente Dios.
Y cuando morimos
físicamente, nos encontraremos que ese libro o toda la memoria de nuestra vida
pasada, estará abierta ante Dios y ante nosotros mismos. (Hebreos 4,12-13).
Dice: “Ellas
nos acusaran o defenderán” (Romanos 2,15-16).
“Serán juzgados en base a las cosas escritas
en los libros de la vida, según hayan sido sus obras” (Apocalipsis
20,12 y 14,13)
Estaremos en ese instante
ante Dios y la memoria completa de nuestras obras. Y no podremos mentir a Dios,
Porque Dios siempre está en nosotros por tanto comparte toda nuestra vida hasta lo más íntimo de nuestros pensamientos. Aquí creemos que nadie nos ve lo que hacemos o nó, ni siquiera Dios.
Pensamos que va a quedar desapercibido en la otra vida. Pero estaremos frente a frente ante Dios, nosotros allá ya estaremos desnudos, nada nos podrá cubrir en el Reino, como estamos cubiertos aquí por nuestras condiciones humanas. Aquí podemos mentir, hacer creer que somos buenos. Pero...
Pensamos que va a quedar desapercibido en la otra vida. Pero estaremos frente a frente ante Dios, nosotros allá ya estaremos desnudos, nada nos podrá cubrir en el Reino, como estamos cubiertos aquí por nuestras condiciones humanas. Aquí podemos mentir, hacer creer que somos buenos. Pero...
Va a ser imposible, porque
nosotros mismos nos acusaremos o defenderemos, como dicen las Escrituras más
arriba. Porque "todo" estará al descubierto.
El escrito del libro es un
poco más extenso, pero quedamos hasta aquí nomás. Cuando esté descansado de la vista, con gusto, completaré con el deseo que el contenido de estos libritos les sea de utilidad a muchas personas que lo toman en serio, [Desde ya les estoy agradecido por un comentario en mi correo]
Si a alguien le está interesando este tema, van a encontrar con más detalle en el archivo "LA ESPADA DE DOBLE FILO" en mi otro Blog http//divinoreino.blogspot.com
Juan
Carlos Bordón
Felicidades Juan Caros, estupendo trabajo para meditar profundamente, sigue adelante con ese talento que Dios te regaló.Roque.
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