Que feliz debe ser tener amigos,donde de verdad se comprenden y se aman,
donde no exista la necesidad de pedir perdón, porque siempre hay sinceridad.
Pero ocurrió el sgte. y real comentario, que no es la última palabra,
sino útil para cuestionar nuestra amistad:
«Estuve de visita en casa de un señor amigo (fue, en vida Dr. Economista). En donde
nos reuníamos semanalmente un grupo de
personas para hacer lectura y estudio de la Biblia, dirigido por una persona conocedora
del tema.
Conversando de todo un poco con este señor comentamos sobre los amigos,
yo le dije en base a la experiencia, “Que los
amigos, generalmente, son buenos contigo, cuando vos sos bueno con ellos, pero
en cuanto digas o hagas algo que pueda ofenderlo o que vaya en contra de sus
principios, automáticamente se rompe ese lazo íntimo de amistad, que había
entre ambos, se termina la confidencia, la sinceridad”.
Al terminar este comentario, cortantemente me respondió: «Es que así somos nosotros, “Así somos nosotros” Me repitió.
Esta respuesta me impidió la oportunidad de seguir dialogando sobre el tema.
Por supuesto no le hice el comentario, con la
intención de que me responda como a mí me agradaría. No es lógico en una
conversación de libres opiniones.
Pero podría ser que esperara de una persona como este señor que estaba en
el estudio de la Palabra de Dios, una respuesta
un poco más alentadora, abrigando alguna esperanza para con la humanidad, como sin mirar sus
debilidades por ser humanas, y elogiando las virtudes espirituales, que por
cierto sabemos que existen en muchas personas, y a través de ellas en
Instituciones, o grupos de amigos.
Este señor
que tanto prestaba atención a los estudios de Biblia y que yo veía como él en
otros momentos hacía un estudio personal de pasajes bíblicos para comprender
mejor los mensajes. Por todo eso yo pensaba que respondería a mi comentario de
una manera más positiva. o alentadora, como por ejemplo me diga:
“Y... en realidad que así hay muchas personas, pero también existen las
buenas personas o buenos amigos” etc. Así podríamos tener
elementos para seguir hablando sobre el tema.
Pero no, de manera terminante me mostró la realidad de forma general y
única, como es la vida que vivimos detrás de esta mascarada(*) de ciudades bonitas y ciudadanos civilizados y
educados en los niveles, de países desarrollados y subdesarrollados de los
crecidos en el espíritu y los de “en vía de crecimiento”; de los civiles: (laicos comprometidos y no comprometidos con la
religión) y los religiosos, que por ende están comprometidos.
Pero que todos por igual, como me decía este señor amigo: “así somos nosotros”.
Lo palpamos en verdad, por ejemplo cuando ocurre una reconciliación de
amistad. Desaparece esa sinceridad que existía antes de la ruptura. Sería como
intentar pegar un vidrio roto, siempre quedan las huellas del pegamento. Creo
que solo Dios puede hacer una re- unión sin dejar cicatrices.
Y vamos a seguir siendo así, si nos dejamos guiar por el concepto que “así somos nosotros”, o así soy yo y no puedo cambiar.
- Porque queremos ser así, no porque no podamos cambiar.
LAS EXCEPCIONES
Abrigamos la esperanza, de que, si supuestamente todos estamos en él: “así somos nosotros”, existan las excepciones.
Las excepciones serían los que aman de verdad, así como Cristo nos enseñó
que nos amásemos unos a otros.
Es decir, estar dispuesto a perdonar “70 veces 7?” (“Esto significa: vivir en actitud de permanente perdón”)(*)
Esta condición mental, personal, establecida por Jesús- Dios, es necesaria
que exista entre las amistades, de cualquier tipo. En especial en la amistad
entre parejas de novios; matrimonios; entre padres e hijos, etc., para que en
la reconciliación (cuando se realice entre la persona ofendida y ofensor), todo
vuelva a ser como en su principio. Más bien no habrá necesidad de
reconciliación porque no habrá ruptura.
“El auténtico perdón solo existe cuando te das cuenta que en realidad no
tienes nada que perdonar”. (Anónimo)
Los amigos no se perdonan, solo se comprenden y se aceptan unos a otros
así como son.
OLVIDAR:
Se recomienda que se debe “olvidar” Pero
también se sabe que no se puede olvidar, porque todos los hechos de nuestra
vida queda grabado en nuestra memoria.
Pero “el olvidar cristiano consiste en continuar la amistad como
si nada hubiera pasado, a menos que deba prevenirse si es por motivo de daños
materiales o físicos que le pueda volver a causar” (*)
Si no existe esta mentalidad en alguna persona, entonces no hay
excepción.
Si existe, demos gracias y gloria a Dios. Porque podemos decir “Hay gente buena de verdad en el mundo”. Que piensa
como Cristo Jesús.
Aunque todo esto sea “el
principio” (o la característica) de los
humanos, no debemos desanimarnos, porque podemos ver que la vida es y se hace
linda, cuando hacemos cosas buenas, con la gente que nos rodea.
Veamos a los niños que dan alegría y son inocentes a la realidad adulta,
ocupémosno en sembrar en ellos un espíritu de paz, de amor, en sus corazones,
el sentido de la verdadera amistad. Amistad con Dios y con los seres humanos.
Ese sentimiento interior que por amor es capaz de:
“dar la vida por sus amigos” (S. Juan 15,13)
No siempre sería necesario dar la vida física por los amigos, sino a
renunciar parte de ella, que es nuestro orgullo, egoísmo, que impide comprender
o perdonar, para que así se logre mantener la amistad, sin necesidad de que se
rompa. Sería más fácil mantenerla que recuperar lo perdido.
Y ¿qué podemos hacer si no queremos ser “como
somos?”. Porque cada cual tiene una característica propia y otra común, plegada
a la mentalidad del mundo, pero c/u, siempre gobernado por su propio “yo interno”, que decide cual camino seguir.
Entonces lo que debemos hacer es morir a nuestro yo (ego). Y dejar que el
“Espíritu” guíe nuestra vida. - Como
dijo San Pablo: “Ya no vivo
yo, es Cristo quien vive en mí” (Gálatas. 2,20).-
Referenc: Los señalados con (*) son párrafos de una conferencia del Padre Straud, sobre “el perdón” por TV EWTN.
Escrito: 3- II-2003